Pero lo que nadie preveía era que un poblado completo sería destruido. La madrugada del 26 de enero de 2017, Santa Olga fue destruída prácticamente en su totalidad, afectando a mil viviendas, además de ser consumidas otras instalaciones como el cuartel de bomberos, el retén de Carabineros, el liceo agrícola y el terminal de buses, dejando además una víctima fatal.
Santa Olga antes del desastre. Foto: Google Maps |
Santa Olga, la historia del pueblo de la comuna de Constitución que fue destruido por las llamas
26 de Enero de 2017 | 10:53 | Por Francisca Domínguez, Emol
Según las autoridades de la zona, la localidad era el hogar de cerca de cinco mil habitantes, en su mayoría dedicados al rubro forestal. Durante la madrugada ardió completamente.Casi sesenta años de esfuerzos y lento desarrollo, sin embargo, se vieron destruidos en sólo un par de días debido al incendio forestal que azota la zona centro y sur del país. "Santa Olga está totalmente quemado, no quedó absolutamente nada", comentó a Emol el concejal de la comuna de Constitución, Carlos Segovia. Y es que a pesar de los esfuerzos de Bomberos, la Conaf y voluntarios de diversos lugares del país, el fuego arrasó. La historia de Santa Olga
La localidad de Santa Olga surgió en la década de los 60, cuando 100 familias se trasladaron a ese sector de la Región del Maule para trabajar para una empresa forestal, Celulosa Arauco, que se había asentado en la zona para comenzar sus operaciones. En la actualidad, cuenta con más de cinco mil habitantes que se fueron instalando de forma irregular en la villa, donde, según cuenta el concejal, "todos (están relacionados) al rubro forestal, el 90% o más". Trabajan en general para Celco (Celulosa Arauco y Constitución), para los aserraderos y contratistas, y algunas familias se dedican a la agricultura y recolección de frutos silvestres para luego comercializarlos. La comunidad de Santa Olga es humilde, como expresa Segovia, y viven en casas hechas de material ligero y madera. Ya cuentan con servicios básicos de luz, agua potable (a través del programa de Agua Potable Rural) y antes de la tragedia se estaba analizando la construcción del alcantarillado. La localidad cuenta con una posta de primeros auxilios, un retén de Carabineros, un cuartel de Bomberos y un establecimiento de educación básica, el Liceo Rural Enrique Mac Iver, que impartía una modalidad científico humanista a una matrícula de más de 600 alumnos. Todo quedó destruido con el incendio. Según expone el liceo en su sitio web, "los alumnos que conforman nuestro establecimiento son de condición rural, y el 42% de ellos provienen de sectores distantes al Liceo". Afirma que la institución está inserta "en una comunidad que presenta altos índices de vulnerabilidad social" y que el 80% de los padres poseen estudios básicos incompletos. Además, las actividades sociales están organizadas por las juntas de vecinos, comités, clubes deportivos, las iglesias (Católica y Evangélica) y el mismo liceo, que es el principal centro cultural de la localidad. Recién en abril del año pasado, unas 60 familias de Santa Olga recibieron, tras vivir por décadas en condiciones irregulares, títulos de dominio de sus terrenos, en los que ya había construido sus hogares. La sequía y el incendioA fines de 2016, Santa Olga se enfrentaba a una de las peores sequías en la historia de la localidad. Según estimaciones de la comunidad, se registraba una disminución de cerca del 60% del suministro de agua. Esto provocó que la gente tuviera que adaptarse a la escasez del recurso hídrico: acostumbrarse a tener suministro por horarios y adaptar las jornadas del colegio y de jardines infantiles. "Había escasez y la municipalidad estaba tirando con camiones aljibe para abastecer todo el sector de Santa Olga", explicó el concejal Segovia. Los dirigentes de la villa habían expresado su preocupación por la falta de cortafuegos y grifos para enfrentar los incendios durante el verano. La falta de agua podría explicar la dificultad que tuvo la zona para combatir el enorme incendio forestal que azota al sector desde hace algunos días, y que terminó por destruir por completo la localidad. Así lo confirmaba esta madrugada a Radio Cooperativa el alcalde de Constitución, Carlos Valenzuela. "Todo se quemó (...) Son miles las personas que han perdido su hogar", manifestó y agregó que "hay localidades completamente abandonadas y entregadas a la suerte del fuego, lamentablemente están siendo arrasadas". El concejal, por su parte, explicó que se logró evacuar a toda la población de Santa Olga. "Toda la gente está albergada en Constitución, en un liceo, y en casas familiares", aseguró. El fuego aún no ha sido controlado en Santa Olga, a pesar de los esfuerzos de las brigadas de Conaf y Bomberos, que lamentaron la muerte del voluntario Hernán Avilés mientras rescataba a una familia de su casa en llamas. "Lo que estamos viviendo no se lo imagina nadie, localidades completas quemadas. Lo de Valparaíso es la nada misma con lo que ha pasado en Constitución", expresó el alcalde. Agregó que "es un horror lo que estamos viviendo". |
Santa Olga, el pueblo de Chile que quedó devastado por los incendios
27 DE ENERO 2017 - 10:57
Santa Olga era una humilde localidad chilena que vivía de la explotación forestal, pero bastaron unas pocas horas para que las llamas redujeran a cenizas sus 1.200 viviendas.
Los vecinos lograron escapar a tiempo, pero perdieron casas, muebles y recuerdos. El esfuerzo de toda una vida de trabajo se esfumó en uno de los voraces incendios que desde hace dos semanas arrasa centenares de miles de hectáreas y terminó con la vida de diez personas en el país austral. Además, entre los escombros humeantes de las casas construidas con madera y materiales ligeros fue hallado el cuerpo de un hombre que todavía no ha sido identificado. Desde hace una semana, bomberos, voluntarios y brigadistas de la Corporación Nacional Forestal luchan para frenar el avance del fuego, pero todo fue en balde. "Estábamos aquí, en la casa. Mi papá trataba de cortar unos árboles, porque sabíamos que el fuego venía desde allá", dice Abigail, una de las residentes, señalando el lugar donde estaba emplazado Santa Olga. José Pacheco, vecino de Santa Olga, no puede evitar el pesimismo. "El futuro se me pone pesado. Voy a tratar de construir la casita de nuevo, pero para eso se necesitan 'luquitas' (dinero). Sin plata uno no hace nada", se lamenta. Santa Olga está situada en la región del Maule, una de las más afectadas por el terremoto de febrero de 2010, que causó más de medio millar de muertos y dejó dos millones de damnificados. |